Mensajes clave
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Las irregularidades en las lluvias y temperaturas superiores al promedio durante julio y agosto afectaron a zonas de producción agropecuaria (subsistencia, excedentaria y comercial), principalmente en el oriente y sur de Honduras y en el centro-norte de Nicaragua, provocando pérdidas importantes en la cosecha de Primera de maíz a nivel nacional.
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En las áreas de agricultura de subsistencia, las pérdidas de cosecha se consideran superiores al 85%, concentradas principalmente en los municipios del sur de El Paraíso, Francisco Morazán, La Paz, Valle y el norte de Choluteca en Honduras; y en los municipios del corredor seco del occidente de Nueva Segovia, Jinotega, Matagalpa, el norte de Chinandega, en Estelí y Madriz en Nicaragua.
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El déficit y el retraso de las lluvias durante la primera quincena de septiembre podrían provocar daños en las siembras de Postrera, reduciendo el suministro de granos para la demanda nacional, incidiendo a partir del primer trimestre del 2020 en alzas de precios de maíz y frijol en los mercados de la región.
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Las familias vulnerables en regiones de agricultura de subsistencia y los obreros rurales dependerán del mercado para su alimentación. Los ingresos por su fuerza laboral se verán muy escasos, y deberán aplicar estrategias de adaptación como dinero o grano prestado y cambio por trabajo, así como migrando a centros urbanos.
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Los hogares vulnerables de la región se encontrarán en estrés (Fase 2, CIF), por deterioro en los medios de vida que limitarán su acceso a necesidades básicas no alimentarias. Sin embargo, en proporciones más limitadas, los hogares más pobres de comunidades afectadas por falta de producción y sin otras alternativas alimentarias y usando estrategias de adaptación negativas, estarán en Inseguridad Alimentaria Aguda en Crisis (Fase 3, CIF), principalmente en Honduras y Nicaragua.